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Expansión

marzo 2024, Marta Morales / Candela Guerrero | Andersen

Cómo adaptar las oportunidades a las circunstancias: el 'distress' M&A

El mercado de fusiones y adquisiciones en España ha experimentado una abrupta evolución en los últimos tres años, pasando de la completa paralización de las transacciones que originó la pandemia hasta los excepcionales resultados registrados en 2021.

Respecto al 2022, cabe definirlo en términos generales como un año "activo" en lo que a fusiones y adquisiciones se refiere, alcanzándose cifras semejantes a las registradas antes de la pandemia y experimentándose un crecimiento del 17% respecto al ejercicio anterior en cómputo global de operaciones. No obstante, podemos hablar de un "parón" en los últimos meses del año, que provocó una caída del 31% en la inversión total, y de una disminución generalizada de grandes transacciones (megadeals) cerradas. En resumidas cuentas, el pasado fue un año con más operaciones, aunque de menor valor.

Por su parte, en lo que respecta al 2023, el mercado transaccional español ha registrado -según el informe anual de TTR Data- un total de 3.032 operaciones, un 7% menos que en el 2022, siendo el sector inmobiliario el más activo del año, con un total de 663 transacciones, seguido por el sector de internet, software y servicios tecnológicos, con 379 transacciones y un aumento interanual del 1%.

A lo anterior hay que sumar que la actividad de M&A tiende a ralentizarse -y es precisamente lo que ha sucedido- en momentos de incertidumbre o volatilidad del mercado como el que nos encontramos, caracterizado por la inflación, las continuas subidas de tipos de interés aprobadas por los bancos centrales, la guerra en Ucrania y el inicio del período de devolución de los préstamos ICO.

Pero, por contradictorio que pueda parecer, es en estos particulares escenarios y situaciones donde las valoraciones de las compañías pueden ajustarse, hay más alternativas para entrar en el capital de sociedades por algún medio alternativo, pueden plantearse reestructuraciones de deuda o la desinversión en determinadas áreas de negocio y/o actividades no rentables o no esenciales (carve-outs); y, en definitiva, cuando se presentan mejores oportunidades de inversión.

Y en ello consisten precisamente las operaciones distressed, en las cuales el vendedor o la compañía objetivo (target) atraviesa/n dificultades financieras que hacen necesaria o conveniente una operación corporativa que le otorgue la liquidez necesaria. Dentro de esta categoría podemos referirnos, si queremos establecer una diferenciación, a las operaciones de M&A distressed, a las reestructuraciones en sentido estricto (supuestos, ambos, en los que la target se encuentra bajo estrés financiero, pero no necesariamente involucrada en un proceso de insolvencia), y a operaciones en un escenario pre-concursal o concursal.

En todos los anteriores supuestos resulta de aplicación la Ley de reforma del Texto Refundido de la Ley Concursal, a la que nos referiremos a continuación, al configurar un nuevo marco jurídico donde se contiene y promueve el uso de "herramientas de prevención" para anticiparse a las dificultades. Y es que, si hasta el momento solo las empresas que estaban sumidas en una situación de insolvencia (actual o inminente) podían acudir al concurso de acreedores, con la última reforma concursal se anticipan soluciones al incluir un concepto nuevo, el de "probabilidad de insolvencia", para aquellos casos en que sea previsible que el deudor no pueda "cumplir regularmente obligaciones que venzan en los próximos dos años".

Pero vayamos al principio. El 6 de septiembre de 2022 se publica en el Boletín Oficial del Estado la citada Ley de reforma del Texto Refundido de la Ley Concursal, que entra en vigor en fecha 26 de septiembre de 2022. Con la reforma de esta Ley, el sistema español de insolvencia y preinsolvencia sufre una modificación y, además, transpone la Directiva (UE) 2019/1023, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019 (conocida como "Directiva de Reestructuraciones").

Entre las principales novedades de esta ley se encuentran la reforma del llamado derecho pre-concursal (que, a su vez, pivota en dos piezas denominadas "institutos preconcursales": la comunicación de apertura de negociaciones con los acreedores y los planes de reestructuración), la venta de unidades productivas por la target, el establecimiento de un procedimiento específico para microempresas, la regulación de las operaciones de refinanciación de deuda avalada por el Instituto de Crédito Oficial o la agilización del proceso concursal.

Y, entre todas, una de las medidas mejor valoradas es la venta de unidades productivas, bien con carácter previo a la declaración de concurso (el conocido como "pre-pack concursal", que aunque ya se venía aplicando en la práctica por algunos de nuestros juzgados y tribunales se contempla ahora de forma expresa en el texto legal, perfilándose como una solución muy común, rápida y fácil para evitar el procedimiento de insolvencia), bien en el propio marco del concurso, por ser una solución válida para cualquier tipo de empresa y permitir vender empresas viables, o parte de ellas, con la finalidad de conservar el tejido empresarial, incrementar el porcentaje de recuperación de créditos no satisfechos (en otras palabras, de poder hacer frente a las obligaciones con los acreedores), y salvar el mayor número de puestos de trabajo posibles.

Sin embargo, tanto los procesos de distressed M&A en general como las adquisiciones de unidades productivas en particular tienden a ser imperfectos y complejos para los profanos. Caracterizados por su ejecución en un periodo de tiempo reducido, un acceso a la información limitada, y la disminución de las garantías contractuales para el comprador y/o inversor, resulta fundamental que los compradores y/o inversores estén bien preparados y asesorados por profesionales con experiencia en la materia, con nociones de la normativa, conocimiento de los documentos a formalizar en este tipo de procesos, y con posibilidad de actuar de forma ágil y eficiente para salvaguardar sus intereses. Estas operaciones deben contar con asesores especializados no sólo en M&A sino también familiarizados con la Ley Concursal.

En definitiva, a pesar de la incertidumbre, la actual situación del mercado también puede presentar oportunidades para el crecimiento y la expansión a través del tradicional M&A en conjunción con las herramientas proporcionadas con la reforma de la Ley Concursal.


Source: Expansión - España 


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